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Amarte es mi pecado
porque adorarte fue una fantasía,
porque quererte fue una tontería
y le hice caso al corazón.
Amarte es mi pecado por
no entender que nunca fuiste mío
y por las ganas de llenar este vacío
que se formo entre el sentimiento y la razón.
Amarte como lo hice yo
sin darle credo al sentimiento
resulta siempre un juego peligroso
porque al final el que mas dio es el perdedor.
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